Cada día que amanece en Johanesburgo Thabo se pregunta si podrá comer este día. Hace mucho frío y la gente no está dispuesta a salir; es probable que tenga que esperar a mañana. Mientras ve pasar un lujoso auto negro al otro lado de la calle. Recoge sus barillas para intentar quedarse dormido con el calor de una fogata.
La copa del mundo esta por empezar, pero sólo es capaz de ver las paredes del Soccer City a unos 300 metros, la policía no lo deja pasar. Nosotros no pasamos, me dijo. Súdafrica se encuentra a puertas de iniciar la copa mundial de la FIFA, la expectativa es muy grande y se espera que el mundo entero sepa que Sudáfrica ya no tiene un Apartheid y que ahora saldrán adelante con los ingresos turísticos que esta copa generará. Sin embargo, una suerte de limpieza étnica es la que sucede con Thabo, “el mundial solo será para lo que puedan, nosotros no estamos incluídos”, señaló. Los índices de criminalidad son uno de los más altos en Sudráfrica, las estadísticas muestran que cada 26 segundos una mujer es violada; el incremento de los infectados con el virus del VIH corresponde al 10% de la población; es decir, 5,5 millones de personas. Donde hasta hace unos años se pensaba que la enfermedad no era cierta.
La inclusión de la Fifa de Sudafrica como sede es muy cuestionada por las organizaciones sociales, donde se debería iniciar acciones rápidas en un país con tantas diferencias. El fútbol es una fiesta alentadora y de unión, es posible. Sin embargo, este país necesita acciones claras para que todos seas capaces de soñar esa unión sin pensar en que será de él mañana.
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